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¿Por qué no adelgazo?

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«¿Por qué no adelgazo?» Ésta es una pregunta muy frecuente cuando acudís a nuestra nutricionista. En este artículo os vamos a ayudar a responderla.

«¿Por qué no adelgazo» es la famosa frase que a la mayoría de personas se les ha pasado por la cabeza. Y seguramente mucho más en estos días que estamos volviendo a la nueva rutina.

Muchos piensan que siguiendo una alimentación a base de verduras y realizando actividad física es suficiente. Pero en la mayoría de casos, no solo con eso basta. Por eso, en el artículo de hoy os queremos contar de forma resumida varios aspectos que afectan a la pérdida de peso… ¡Aquí vamos!

Los 6 factores principales que afectan a la pérdida de peso

Para lograr una pérdida de peso saludable y evitar el efecto rebote, analiza bien estos factores:

1. La alimentación

Es el principal aspecto. Nos tenemos que asegurar de si realmente nuestras alimentación es tan saludable como nosotros creemos. Os preguntareis: ¿qué se considera por «comer sano»? 

«Comer san» implica que en la comida y en la cena haya un 50% de verdura, un 25%-30% de proteína de calidad (huevos, legumbres, carnes magras) y un 25% de pasta integral, arroz, tubérculos, patata… Esto son recomendaciones generales, pero siempre, para una pérdida de peso, la pauta debe ser personalizada para alcanzar tus objetivos.

Otro aspecto dentro de la alimentación son las cantidades. Si comemos más cantidad de la que gastamos, realmente no se está realizando ningún déficit calórico, independiente de que comamos comida sana.

2. La actividad física

Actualmente tenemos una vida muy sedentaria en todos los aspectos. Realizar un entrenamiento acorde a la persona es uno de los aspectos importantes para así conseguir que la pérdida de peso sea la adecuada.

3. No somos conscientes de lo que realmente llegamos a consumir

Nos referimos a comer algo más de la cuenta sin tomar conciencia de ello. Para poder tener un mayor control sobre lo que comemos, nuestro consejo es apuntar todo lo que se consume y valorar al final de la semana cómo ha ido. Nos daremos cuenta de que seguramente estemos consumiendo más alimentos calóricos de lo que realmente pensábamos.

4. El hambre emocional y el picoteo

Hablamos de pequeñas tomas inconscientes como son el picoteo constante. Para evitarlo, en primer lugar lo ideal sería buscar la causa que te lleva a comer ese alimento. Puede ser cualquier motivo o un problema emocional, como por ejemplo un problema con la pareja, problemas en el trabajo… Pueden ser mil cosas. Lo mejor es afrontar ese problema cuanto antes y darle una solución. Además, en este momento se siente más apetencia por los alimentos más calóricos y ricos en azúcar y grasas.

5. El estrés crónico

El estrés aumenta la insulina y el cortisol, provocando que se reduzca la oxidación de la grasa y se cree una mayor acumulación de grasa a nivel visceral. Además, el estrés también aumenta el apetito y una apetencia por alimentos ricos en azúcar y grasas. Y no solo eso. El estrés puede llegar a provocar otras enfermedades intestinales, mal humor, apatía social… Por eso es imprescindible buscar la causa de ese estrés e intentar gestionarlo.

6. El sueño, el descanso y los ciclos circadianos

Deberíamos dormir entre 7 y 8 horas al día. La sobre exposición a luz de pantallas, viajes constantes, trabajo a turno… altera los ritmos circadianos. Y un mal descanso afecta de forma considerable a la pérdida de peso. En primer lugar, el cuerpo no descansa y se genera un estrés de bajo grado que nosotros no percibimos. En segundo lugar, cuando no descansamos adecuadamente, afrontamos el día peor y tenemos mayor apetencia por alimentos ultrapocesados.

 

Todos estos factores se pueden corregir a pesar de que cueste más o menos tiempo y, por supuesto, esfuerzo. Pero tras cada esfuerzo viene su recompensa.